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das Mystische 2.1

Un dios que me visite

Un dios que me visite Ayer, a estas horas, desde la más rigurosa incredulidad, desde los cuerpos reunidos alrededor de una mesa y la más vulgar ocupación disfrazada de indiferencia:

La madre del dios que nacerá dentro de poco es hoy una mujer sin rostro, aunque a veces creemos adivinarla por la calle tan agitada y distraída como todo el mundo, y se diría que olvidada de sí misma. Inmersa en un tiempo feroz que odia todo lo que merece perdurar, María borra sus huellas y se mezcla con la multitud para pasar inadvertida por el ángel. Si su hijo nace entre nosotros, aún veremos imágenes que le ilustren como profeta, luchador o víctima. No ha cambiado tanto la figura del héroe que quiere torcer el mundo y sólo consigue que le tuerzan el cuello. Pero de ella no. Nadie se atreve a imaginarla. Hace unos años lo intentó Godard y las turbas le quemaron el cine aterradas ante el aspecto que presentaba, en nuestros días, la muchacha que acepta parir un dios sabiendo que van a asesinarlo.

Es la felicitación navideña de hace un par de años, una cita de Félix de Azúa que guardo en el cajón de los tesoros como si fuera un diamante. En realidad, siempre que puedo me gusta compartirla con los amigos; en cuanto puedo abandona el cajón de los tesoros y contempla la luz del mundo y la fuerza magistral del mundo. A fin de cuentas, se trata de un dios que nace todos los años; es decir, que está naciendo ahora, en este preciso momento; de un dios que nace todos los días. No hay más que ver la sonrisa de María para comprenderlo, su temor y también su desamparo. ¿Por qué no? La amenaza que vuela sobre su cabeza es también nuestra amenaza; su vértigo es también nuestro vértigo; la grandeza de su desnudez es también nuestra grandeza. A su alrededor brillan las estrellas de los secretos y el agua luminosa de los descubrimientos; tiemblan los amantes; sueñan, despiertos, los pájaros. Las primeras palabras que escucha, cuando despunta el alba, son las mismas palabras que, hace tiempo, entregó con su ejemplo uno de los maestros:

Mira allá, aquella raya negra en el mar, brillante como el aceite. Esas sombras de árboles en aquellos cañaverales. En cada lugar que tus ojos miran se esconde un Dios. Y si no está, dejó marcas de su sagrada presencia.

Los caracteres de la religiosidad, incorporados al laicismo. La felicitación navideña de Pier Paolo Pasolini:

La humanidad de Cristo está impulsada por tanta fuerza interior, por tan irreductible sed de saber y de verificar el saber, sin temor a escándalo ni a contradicción, que, para ella, la metáfora divina se halla en el límite de lo "metafórico", hasta llegar a ser idealmente una realidad.

No basta con aplicar la lógica; en realidad, no la contradice. Estamos ante la descripción de un acontecimiento real en la vida del hombre. Acaba de nacer (o eso nos dicen) y vuelve a encontrarnos ocupados, demasiado ocupados, distraídos como idiotas. Ayer, a estas alturas, desde la más rigurosa incredulidad, todo esto no iba con nosotros. A Wittgenstein, en cambio, le parecía espléndido, sublime, ese tender al absoluto; pero siempre dirigió la mirada a las cosas terrenas (a menos –decía- que "Dios" me "visite"). La ciudad es el lugar de los asuntos terrenales y el ángel, extraviado, espera una señal para incendiar nuestras cabezas; no hay tiempo que perder: los Grandes Almacenes, mañana, comienzan las rebajas.

Movimientos del pensar, en Ludwig Wittgenstein:

En la civilización metropolitana, el espíritu sólo puede quedarse arrinconado. Pero no es en modo alguno algo vetusto o superfluo, sino que como un (eterno) testigo se mantiene suspendido sobre los escombros de la cultura, casi como vengador de Dios. Como si esperase una nueva encarnación.

Una nueva encarnación. Un ángel que anuncie entre miserias la llegada imprevista de un amigo (de un "dios" –al fin- que me "visite").

En el fondo, ¿por qué no?: podrías ser tú mismo.

Desde la más rigurosa incredulidad, desde los cuerpos reunidos alrededor de una mesa y la más vulgar ocupación disfrazada de indiferencia.

6 comentarios

Cédric -

Ese fotograma no será del film "Nouvelle Vague" de Goddard????

Saludos...

Enrique -

Gracias, Cayetano. Feliz año también para ti y los tuyos. La próxima actualización de das Mystische, si nada lo impide, será ya en el 2005, así que, allí nos veremos. Que todo siga, al menos, como hasta ahora. Feliz año a todos, amigos. Gracias infinitas por vuestro tiempo. Gracias por todo.

cayetano -

Ahora si. Aunque faltan unos días. Feliz año y aniversario :)

Cristina -

La cita de Azúa me ha dejado blandita para el resto de las navidades. Por la cita en sí y por ser de Azúa.

Dentro de mis mandamientos navideños, creo que hay alguno que merece quedarse por aquí contigo...

"Se es persona cuando no se pisa ni se pesa sobre nada" de María Zambrano

"Todos tiveram pai, todos tiveram mãe; mas eu que nunca principio nem acabo, nasci do amor que há entre Deus e o Diabo" de José Régio

"Como si estuviera desnudo/o al borde de nacer o de morir/" de José Ángel Valente

"Todo el mundo descubre, tarde o temprano, que la felicidad perfecta no existe, pero pocos hay que se detengan en la consideración opuesta de que lo mismo ocurre con la infelicidad perfecta. Los momentos que se oponen a la realización de uno y otro estado límite son de la misma naturaleza: se derivan de la condición humana, que es enemiga de cualquier finitud." De Primo Levi.

"Si no hubiera Dios, tendríamos que inventarlo". De Fedor Dostoievski.

Creo que todas hablan por sí solas. Son las prendas de mi particular maleta navideña... También me apetecía compartirlas con vuecencias... parece este el único blog que se ha parado a reflexionar sobre el cacareo de los gallos en fechas como las actuales. Felicidades.

Un saludo añorálgico total.

Cristina

pini -

querido amigo, maestro, es que estoy tan sensible que no encuentro las palabras.
un abrazo fuerte.
yo amo la navidad aunque no crea, y ver a mi hija mayor que este año me ha reemplazo en el rol de papá noel -esta panza no me daría respiro para correr delante de los niños que sueñan con capturar al gordo de los regalos-, y la música, y el arbolito, el pesebre, la ilusión en la cara de los niños.
después miro a los que estamos reunidos y siento que algo falta, y voy entendiendo a mi abuela cuando hace muchos años me abrazaba a las 12 de la noche y lloraba.
yo le decía, mamma feliz navidad!no te pongas triste y ella respondía, estoy feliz pero me falta mamita.

Cayetano -

La navidad que conocemos son los escombros de una Navidad que desconocemos (o hemos olvidado por no mirar al cielo). El arqueólogo de la memoria nos recuerda que el solsticio de diciembre , día 21, se considera el más corto del año o la noche más larga (en el hemisferio norte). Algun observador remoto en el tiempo apuntó en su memoria este dato y poniéndose a pensar dedujo que el Sol (la luz del sol) se iba apagando. En mentalidad mágica este hecho era preocupante y encontraron solución (esa noche se encendían hogueras, se gritaba o cantaba, se suplicaba): ¡Despierta Sol! ¡Despierta!

El día del solsticio de junio se considera el más largo del año en el hemisferio norte, el día 21 y la noche de San Juan. La mentalidad mágica celebra la vida de ese Sol, el punto máximo de su vitalidad. (esa noche se encendían hogueras, se gritaba o cantaba, se celebraba, se recogían hierbas llenas de la poderosa fuerza de ese Sol que empezaba a morir). ¡Luz, más luz!

Se han movido algunos nombres y fechas, pero Dios y los hombres siguen atados a la misma Tierra. Una esfera giratoria, una escena giratoria. Celebremos que hoy nace un nuevo Sol, que el día sera más largo (de nuevo: ¡Luz, más luz!). Volver girando, celebrar que renace la vida y aún hay esperanza, posibilidad de que un Dios gastado viejo y achacoso se haga, por fin, Hombre.